Desafíos de la participación juvenil

Primer Trimestre
Boletin de Divulgación
Escrito por: Lic. Vanessa Rodríguez Camacho
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Los jóvenes son parte significativa en la construcción de la democracia y parte activa de la agenda pública. Se generan nuevos sentidos y prácticas de participación como elementos clave para el diseño de las políticas públicas.

En los últimos 40 año la democracia liberal se ha fortalecido como el modelo hegemónico a seguir en el mundo, no obstante, hay contradicciones en sus procesos democráticos. A partir de una perspectiva se explican los factores que inciden en la participación política de los millennials. La democracia del siglo XXI es necesario tomar en cuenta a los jóvenes como actores en el sistema político.

Con la llegada y complejidad de fenómenos relacionados con la juventud, se encuentran los vinculados con la democracia. Los jóvenes representan aproximadamente el 27% de la población en el mundo y se estima que, en el 2025, formarán más del 70% de la fuerza laboral.

En países desarrollados, los estudios adquieren relevancia y controversia. Se torna controversial la falta de consenso en la formación de la generación millennial particularmente en México, además es controversial intentar determinar la consistencia vinculante y su participación política, o entre los jóvenes y los asuntos públicos. En la actualidad podemos observar una activa y gran participación de los millennials en proyectos caritativos y altruistas, no obstante, es evidente el incremento en el fuerte rechazo y desconfianza en los procesos democráticos, en las instituciones públicas y actores políticos del país.

La participación política de los jóvenes en América Latina surgió a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, apoyando movimientos obreros y sindicales; algunos movimientos fueron estudiantiles, tales como las huelgas, otros movimientos fueron los campesinos, como la revolución de 1910 en México.

Los estudios de las generaciones actuales han desarrollado otras áreas para estudiar los fenómenos que vive la juventud. Como característica en común de estas generaciones es que comparten una cultura tecnológica y han crecido en una realidad dominada por los aparatos electrónicos, como; celulares, tabletas electrónicas, computadoras, televisores, entre otros. Lo que les permite ser suficientemente competentes en los recursos ofrecidos por la web.

Datos que arroja la Encuesta Nacional de la Juventud 2012 indican que el 90% de los jóvenes les interesa poco o nada la política. El desinterés por la política y en especial por la participación política se debe en parte a la imagen actual que la sociedad tiene de los políticos, la sociedad se siente como mercancía electoral, observan que soló se les busca en los procesos electorales y no como parte fundamental para lograr Democracia.

La participación política de las personas jóvenes de México se ha considerado como la formación de cuadros políticos partidistas, apoyo logístico en las campañas electorales o afiliación a partidos políticos, ha sido medida en relación con el ejercicio del voto en los procesos electorales El abstencionismo y la desafección política de los jóvenes en México, se debe en gran medida a una creciente inoperancia de las instituciones político-electorales, esto es, a una obsolescencia operativa de los instrumentos de participación política y la postura renuente del sistema electoral ante la realidad emergente, además de construir formas colectivas de participación política, contrarias a los mecanismos individualizado de participación institucionalizados; no obstante, han tenido importantes participaciones en causas como la ecología, la pluralidad, el bienestar animal y en la solidaridad hacia los grupos sociales más vulnerables o contra las víctimas de algún desastre natural o siniestro.

Se ha observado que los líderes juveniles conocen sobre el marco legal de la política de participación ciudadana juvenil. Con relación a las barreras y oportunidades para participar, se observó que éstos perciben una gran diversidad de factores que obstaculizan o facilitan la participación en juventud. De estos factores que perciben como causas de las barreras o facilitadores de su participación, emergen claramente dos grandes sub-categorías: Los atribuidos a factores internos (que se ubican en ellos mismos) y los atribuidos a factores externos (lo institucional, contextual, político, entre otros).

Algunos desafíos que enfrenta la generación actual de jóvenes en México, es un futuro dudoso, con una visión cortoplacista, vivir en el instante, cada vez menos interesados en la historia, lo cual podría repercutir en una participación política menos activa. Se considera que los jóvenes estudiantes dependen cada vez más de la tecnología reciente y que están más y mejor informados sobre diferentes aspectos de la vida y la realidad que les rodea.

Con la brecha digital existen cambios en la manera en que la población en general está accediendo a la tecnología. Es la generación de jóvenes con mayor educación que las pasadas y el ascenso de los medios de comunicación en masas propiciaron la llamada “movilización cognitiva”, en la que el ciudadano deja de ser ese actor pasivo o sólo un espectador para fungir como el ente activo difícil de manipular. Contrario a lo anterior, se ha incrementado la desigualdad, educativa, laboral, de salud, de acceso a la tecnología. La Encuesta Nacional de Juventud muestra que 39 % de los jóvenes en México no tienen trabajo, además 54.4 % de los que se encuentran en edad de estudiar no lo hacen; también los medios están financiados por el gobierno y ser periodista en México es un riesgo.

En México se cuenta con población indígena, por tanto, no sé puede excluir la repercusión que tiene las influencias provenientes de la globalización, así como de la brecha digital. Los usuarios de internet en México son mayoritariamente jóvenes urbanos, dada la desigualdad que viven las familias en el país, existen sujetos excluidos de ciertos circuitos informacionales, espacios de participación y demás formas relacionadas con el uso del internet y de las redes sociales.

Los jóvenes indígenas experimentan el fenómeno de la migración interna –zonas urbanas, debido a una mayor oferta de empleo, educación y servicios, la mayor parte de estos jóvenes obtienen los trabajos más básicos, con mano de obra barata pues no se encuentran especializados.

Todas las personas jóvenes tienen el derecho a participar en el desarrollo de sus sociedades, por lo que es necesario eliminar las barreras que impiden su participación, como la marginación impuesta por las normas de género, su lugar de residencia, raza, discapacidad o cualquier otro factor asociado con la discriminación.

La Encuesta Nacional de la Juventud (ENJ) realizadas en los años 2005 y 2006 muestra que los que si estudian son el 49.1 % entre 12 y 29 años, tomando los datos de las tres ciudades más pobladas Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, el 75% de entre 20 y 29 años no estudia, sólo el 5.49% estudia y trabaja. Lo anterior, conlleva a trabajos de mano de obra no calificada, con menos o sin prestaciones de seguridad social, así como la adhesión a un sistema esclavista resultado del endeudamiento.

La modernización ha contribuido a la prolongación de la vida, por lo que la fase juvenil ocupa en el ciclo vital un número creciente de años y la vida adulta ya no es un periodo de importantes transformaciones.

La flexibilidad juvenil para incorporar conocimientos y aportar innovación se valoriza, ahora los jóvenes saben cosas que los adultos ignoran. Esto hace que la participación juvenil no sea solo un claro derecho, sino también un elemento insustituible del conocimiento de las situaciones y alternativas.

Sergio Balardini destaca que; en contraposición con otros campos del quehacer político, la política de juventud no se ocupa de la solución de problemas específicos, sino más bien de la representación de los intereses de los jóvenes en la sociedad. La meta de la política pública de juventud consiste en ser el marco articulador de las políticas y la legislación nacional, para propiciar y concretar en un plan de acción el abordaje de los temas relacionados con las personas jóvenes de manera integral, estratégica y palpable. El plan de acción traduce la política a la acción y es elaborado participativamente de acuerdo con la orientación política y filosófica de la política de juventud aprobada. Su diseño plantea nuevos desafíos en el campo de los conocimientos y la formación de capacidades para desarrollar propuestas transversales.

Las propuestas de políticas de juventud buscan enlazar la acción del Estado y la sociedad civil, a fin de integrar plenamente a los jóvenes, a los procesos de transformación económica, social, política y cultural. Aspiran a la inclusión de las juventudes en el desarrollo nacional con el objeto de que disfruten de todos los derechos sociales, culturales, políticos, civiles y económicos.

Es evidente que sin las juventudes no es posible la democracia. Para enfrentar el desafío de construir sociedades inclusivas es necesario contar con legislación, políticas públicas e institucionalidad orientadas al pleno reconocimiento de las capacidades y derechos de los jóvenes y las medidas necesarias para su cumplimiento.

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