Hoy en día la sociedad civil ha cambiado su percepción sobre la democracia, el estado mexicano ha experimentado grandes cambios, impulsados por la creciente demanda social y orientados hacia la democracia y la inclusión de mecanismos participativos.
Esta lucha por la democratización da lugar a cambios en la visión de la acción pública, también a la conformación de sus propias instituciones. Una visión que se centraba estrictamente en una perspectiva que emanaba de quienes ejercían el poder público, pero que no tomaban en cuenta las necesidades e intereses de la sociedad que gobernaban. Por lo tanto, la participación ciudadana se convirtió en un tema de suma importancia y tema central de las agendas de la sociedad civil. Dichas agendas, buscan contribuir para ampliar la capacidad de exigencia ciudadana y habilitar mecanismos que fortalezcan su involucramiento en temas de decisiones; especialmente en aquellas que tienen un impacto en los ámbitos de ejercicios y goce pleno de derechos.
Lo anterior hace reflexión, sobre la participación ciudadana y otros temas como la transparencia y la rendición de cuentas, nos envía a los procesos para la elección de titulares a altos cargos públicos, tratándose de construir legitimidad y confianza, ambos aspectos son muy importantes ya que muestran la forma como se relaciona con la sociedad y llevan a cabo sus funciones en beneficio de aquellas.
Durante mucho tiempo se han hecho investigaciones en las que resalta que la corrupción es el factor principal que provoca desconfianza en instituciones y desapego al sistema político. En México existe una democracia electoral con un alto nivel de corrupción política; la persistencia de la corrupción puede provocar, que el apoyo de los ciudadanos hacia la democracia se vea disminuida.
La corrupción es la apropiación o abuso de un poder público cuya finalidad es obtener un beneficio particular o privado. La practica de corrupción incluyen sobornos, extorsión, intercambio de favores, nepotismo, fraudes contables, conflicto de interés, malversación de fondos, desfalcos, favoritismo, compra de votos, contribuciones ilegales a las campañas electorales, entre otras.
Cuando la ciudadanía percibe que la corrupción esta generalizada, o cuando es victima de sobornos o extorciones por parte de los servidores públicos, su confianza en los actores, procesos e instituciones políticas se ve disminuida.
Sea cualquiera la forma de corrupción, es un acto que vulnera el carácter público y general de las reglas bajo las que opera la autoridad en un régimen democrático. La corrupción es un mecanismo de exclusión democrático. Las instituciones y los gobernantes dicen regirse por las normas y leyes del régimen democrático, aunque en la practica las transgreden. La corrupción es lo opuesto a la imparcialidad con la que deben manejarse los procedimientos políticos, las políticas y la aplicación de leyes; la imparcialidad requiere que los gobernantes y los servidores públicos se alineen a los procedimientos formales que regulan los procesos políticos en una democracia.
La confianza a las instituciones políticas, el apoyo a los gobernantes y el apoyo al sistema se ven afectados por las malas experiencias y por la percepción de corrupción que tiene la ciudadanía. Las experiencia y percepciones de corrupción influyen negativamente en la legitimidad de las instituciones de un sistema político correcto.
La opinión pública reconoce que la corrupción política es persistente y se encuentra generalizada. La ciudadanía puede encontrar motivos para dudar que este régimen sea preferible a cualquier otra forma de gobierno. México es un país caracterizado por una corrupción arraigada en el sistema político, uno de los países en América Latina en los que más se visualiza corrupción entre la clase política.
Un alto nivel de corrupción en la democracia no solamente promueve el desapego hacia la institucionalidad vigente, sino que debilita la legitimidad de la democracia en sí misma. La corrupción vulnera las normas de inclusión e imparcialidad democrática, además que es un problema sumamente difícil de erradicar. La implementación de un régimen electoral competitivo crea oportunidades para que los gobernantes implementen medidas que combatan la corrupción. Sin embargo, la democratización da posibilidades de que aparezcan redes de corrupción, principalmente en sistemas políticos afectados por débiles capacidades estatales. Por lo anterior la corrupción política tiende a persistir y expandirse, pues aún si se implantaron políticas y acciones para prevenir la corrupción, no deja de ser la acción o estrategia dominante para muchos funcionarios.
El apoyo a la democracia remite a las convicciones normativas de los ciudadanos, a lo que una sociedad considera como un ideal político. En cambio, el apoyo al régimen político tiene por objeto un sistema político concreto, con sus instituciones, partidos políticos y gobernantes. De hecho, los ciudadanos pueden estar insatisfechos con el sistema político que los rige o desconfiar de las instituciones, y aun así albergar la convicción de que la democracia es una forma de gobierno preferible a cualquier otra. Por lo tanto; la corrupción del sistema político provoca desconfianza y desapego de los ciudadanos hacia las instituciones que los rige, pero sin influir negativamente en el apoyo a la democracia.
Existen estudios en los cuales identifican una tendencia negativa al apoyo a la democracia en abstracto que en el apego a valores democrático-liberales. Por insatisfacción con el desempeño del sistema o por camios socioculturales e incremento en actitudes antisociales, esto nos muestra que la legitimidad de la democracia, al igual que la estabilidad de los sistemas democráticos, no están exentos de procesos de declive o retroceso.
México es un cas que reviste interés para el estudio de la relación entre la corrupción y la legitimidad democrática. El país se ha transformado sustancialmente: en la década de los años noventa, se realizo una transición a una democracia electoral, se estableció en 1996, permitiendo la alternancia presidencial en el año 2000. La restauración de un régimen competitivo, a nivel nacional, desencadeno procesos de reforma.
Desde principios de los años 2000, la creación y reforma de instituciones ha sido intensivo. La promulgación de una ley sobre transparencia y acceso a la información pública en 2002, se creó el entramado institucional del Sistema Nacional de Transparencia, cuyo fundamento normativo se estableció en 2014. Dicho sistema establece un esquema entre múltiples agencias del poder público federal y los gobiernos estatales. Se establecieron las bases del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA). El SNA, crea mecanismos entre todos los órdenes de gobierno implicados en la prevención y combate a la corrupción, y la fiscalización de los recursos públicos. Su comité está presidido por un miembro del Comité de Participación Ciudadana, entidad integrada por cinco personas con una reconocida trayectoria en el campo del impulso a la transparencia y el combate a la corrupción.
La presencia de la corrupción en México, esta ligada con la operación de la competencia electoral y con la alta probabilidad de que el ejercicio discrecional de la función pública quede impune, Más allá de ocasiones en las que una persona haya participado en un soborno o haya sido víctima de extorsión por parte de algún servidor público, percibir un vínculo entre la corrupción política y la democracia electoral puede profundizar el desapego hacia las instituciones y el sistema político, y también hacia la idea de la democracia.
La percepción de la corrupción política genera un efecto sistemático negativo, sobre el apoyo de la ciudadanía hacia la democracia; no tiene solo una influencia adversa sobre la confianza en las instituciones, sino que también debilitan las convicciones políticas de los ciudadanos acerca del régimen político. México ha sufrido de una democracia electoral caracterizada por un persistente y elevado nivel de corrupción política, en la que se ha presentado un aumento en la corrupción durante los distintos gobiernos. Además, los ciudadanos perciben un empeoramiento de la situación económica y se manifiestan insatisfechos con la impunidad prevaleciente, la opinión de que los políticos mexicanos están implicados en corrupción contribuye a debilitar la creencia de que la democracia es una forma de gobierno preferible a cualquier otra.
La legitimidad democrática en México muestra una democracia electoral emergente, caracterizad por una arraigada y persistente corrupción; se ha visto debilitada por la percepción de que la mayoría de los políticos, si no es que, en su totalidad, están implicados en corrupción. Esto hace que cuando la ciudadanía reconoce que la corrupción esta extendida por el sistema político en su conjunto, desapruebe el comportamiento de los políticos y desconfían de las instituciones; las practicas de corrupción paren estar normalizadas en el régimen político. La democracia ideal sería, que los ciudadanos confiarán que las autoridades electorales y los partidos políticos no sean corruptos. Las autoridades porque son quienes vigilan el debido proceso electoral. Los partidos porque el ganador se convertirá en quien gobierne el país.